Se habla de construcciones anteriores a la época musulmana y por supuesto de edificaciones militares tanto de época califal como del s.XI, cuando Granada era gobernada por los ziríes. Y no es extraño. La ubicación de la Alhambra está en una zona estratégico militar perfecta por las características propias del terreno que la hacían probablemente inexpugnable en la Edad Media.
Muhammad I, noble de Arjona (Jaén) y de origen árabe, aunque por supuesto Andalusí de nacimiento, se auto proclamó sultán en 1232, rendirá vasallaje a Fernando III de Castilla y entrará en Granada en 1238. En un principio se instaló en la colina opuesta a la Alhambra. Vivió en el palacio de otra dinastía anterior, los ziríes, dentro de otra antigua construcción militar del s.XI, en el Albayzín.
Posteriormente decidió mudarse a la llamada colina de la Sabika donde partiendo de las construcciones militares anteriores se empezará a dar forma a la nueva fortaleza. Al castillo rojo.
Para las intenciones del nuevo monarca era preciso hacer del castillo un lugar autosuficiente así que además de reforzar y ampliar torres y muros, que ya habían servido a otras familias musulmanas granadinas y norteafricanas para defenderse, fue necesaria una gran labor de ingeniería que llevara el agua hasta la colina. Así que derivó parte del cauce de un río, se construyeron presas y un sistema de acequias que, en algún caso, siguen funcionando hoy en día.
Esta familia nazarí vivió aquí durante unos 250 años con lo que no es extraño que según fueron llegando nuevos sultanes se ampliaran o modificaran algunos espacios.
Aunque realmente los grandes arquitectos de la Alhambra son el fundador, Muhammad I y los grandes monarcas de la dinastía y embellecedores de la Alhambra Yusuf I y su hijo Muhammad V.
La estructura de la Alhambra es fundamentalmente la de un Alcázar, una ciudad palatina fortificada ya que no solo existían en la Alhambra elementos militares y palacios sino también una Medina para funcionarios, trabajadores o servidumbre con mercados, mezquita o baños propios.
Tras la caída de los nazaríes y la llegada de los Reyes Católicos la Alhambra seguirá siendo utilizada por nuevos moradores cristianos y el propio nieto de Isabel y Fernando, el emperador Carlos V, ordenará construir nuevos aposentos y un nuevo palacio de estilo renacentista aunque luego no se terminó ni se llegó a utilizar.
Con la llegada de modernas armas las construcciones militares medievales van quedando obsoletas y la Alhambra no es una excepción, siendo abandonada en el s.XVIII.
Tras el paso de las tropas napoleónicas por Granada la Alhambra sufrirá grandes desperfectos en su estado de conservación para poco después pasar a convertirse en un lugar mágico de gran inspiración de viajeros y escritores románticos de gran importancia a lo largo del s.XIX.
Las primeras restauraciones se iniciarán al final de ese siglo y perduran hasta nuestros días.
Y es verdad, aunque esta afirmación es muy genérica ya que dentro del arte musulmán hay muchos periodos y muchos estilos que se van desarrollando en distintas zonas geográficas según el Islam se va expandiendo. Así que no se debe hablar de arte islámico generalizándolo ya que en cada región tiene su propia idiosincrasia.
Al-Andalus no es una excepción. El arte islámico en la Península Ibérica se fue desarrollando durante ocho siglos y la Alhambra, con sus palacios, pertenecen al último periodo.
En su interior, por tanto, nos encontraremos una mezcla de influencias que darán como resultado un arte propio que se desarrolla en una zona y una época concreta. Es el arte hispano-musulmán del período nazarí.
Perfectamente podríamos distinguir las distintas influencias dentro del arte hispano-musulmán y así catalogar si las construcciones son de época califal, almorávide, almohade o nazarí.
Las construcciones palatinas de la Alhambra se caracterizan por un exterior humilde, bastante simple y sin embargo un interior fastuoso, espectacular, donde todos los elementos constructivos y ornamentales se fusionan para crear un espacio pensado para exaltar los sentidos y las emociones.
Mármoles y agua, yeserías con motivos caligráficos y vegetales, la poesía y la palabra de Dios escrita en las paredes, mosaicos que van teselando las superficies creando una perfecta simetría y por supuesto las magníficas bóvedas, algunas decoradas con bellísimos trabajos de carpintería que nos recuerdan al firmamento o con mocárabes, imitando estalactitas.
Visita guiada con derecho a acceder a todo el complejo monumental de la Alhambra donde nuestros guías oficiales le guiaran a través
de una experiencia única.